lunes, 1 de agosto de 2016

Nibiru - Parte 3

Cuando le removieron la capucha de la cabeza, el Señor Chamberlain pudo distinguir aquel ruido molesto y monótono que había estado escuchando desde hacía varias horas; al parecer se trataba de una vieja imprenta que operaba sin cesar, en una habitación contigua. No alcanzaba a ver qué se encontraban imprimiendo pero sí distinguía a una pila de hojas que crecía lentamente con cada papel que escupía la ruidosa máquina.
Uno de sus captores - el que le había quitado la capucha - se ubicaba delante de él. Ese era un rostro que le era conocido, pero que no esperaba encontrar en aquella habitación y en aquellas circunstancias.

- ¿Imprime volantes ahora, Señor Heskins?
- Esto es sólo una fachada, Chamberlain...Disculpanos por los malos modos y los malos tratos, pero como podrás imaginar, teníamos bastante urgencia por traerte aquí, y sabiendo que no ibas a estar voluntariamente de acuerdo, bueno...
- ¿Y dónde es "aquí" precisamente?...Me subieron a un avión y por las horas transcurridas, asumo que no estamos en la Costa Este. ¿Seguimos en Estados Unidos?
- ¿Realmente importa, Chamberlain? Quién más que tú para saber lo que importa realmente ahora, no?; ya que sabes que ellos vienen en camino...Siempre lo has sabido, y desafortunadamente creo que los eventos que se han estado presentando a lo largo del planeta nos hablan de una probablemente MALA estimación de los tiempos, de parte nuestra. Nos está tomando sin la preparación apropiada, y ahora es necesario apresurar algunas cosas. Esa es precisamente la razón por la que estás aquí.


- No existe preparación para lo que está por ocurrir, y tú lo sabes. Lo único que te toca hacer es escoger tu sitio preferido; esconderte en tu bunker mejor pertrechado y esperar el fin lo mejor posible...Me temo que al traerme aquí me has quitado a mi esa posibilidad...A no ser que me quieras invitar a tu bunker, claro está. Sería un detalle estupendo de tu parte.
- Siempre fuiste el de mejor sentido del humor de los dos. Eso te lo tengo que conceder. Pero...No me tomes por un idiota. Yo sé que tienes un As bajo la manga; lo hemos discutido otras veces; la organización te ha seguido por bastante tiempo y hemos sido testigos de ciertos arreglos que has hecho. No nos hagas perder más tiempo, por favor. Todos aquí podemos salvarnos...
- ¿Eso es lo que quieres?...¿Dejar el planeta?...¿Por qué no recurres a alguno de tus contactos en Rusia y compras un boleto en la próxima misión de Kazajistán?
- Cierto...¿Y les pido que nos dejen en Marte, verdad?...¿O en qué otro sitio dentro del alcance de la tecnología soviética te parece que pueda quedarme?...Digamos...¿Pensando en vivir por lo menos un par de meses?
- Es por eso que yo tengo mejor sentido del humor.
- Ya estaba preparado para esto, lo creas o no. Si yo no te puedo hacer hablar, ella sí lo hará.
- ¿Ella?
- Demos un paseo, Chamberlain.

Un par de sujetos - que no había visto jamás - entraron a la habitación y le desataron las manos usando unas resistentes pinzas de corte con la cuales se deshicieron de los cintillos de plástico que lo sujetaban. Le ayudaron a incorporarse y entonces se dió cuenta de que lo habían sedado, por la debilidad que sentía ahora en sus piernas.
Su sentido del tiempo y del espacio había sido burlado. Podría estar en cualquier parte y no sabía cuánto tiempo había transcurrido realmente desde su captura.
Heskins abrió la marcha, pero los pasos de Chamberlain eran tan torpes que los sujetos terminaron por levantarlo en vilo y seguir a su patrón, quien luego de algunas vueltas y de atravesar un pasillo con muy poca luz, terminó frente a una puerta con varios cerrojos, mismos que comenzó a abrir iniciando por el que se encontraba más abajo de todos.

- ¿Cuánto tiempo he estado sedado, Heskins?
- Oh, no te preocupes. Tenemos el tiempo suficiente para correr a escondernos a la madriguera que seguramente has preparado durante tanto, tanto tiempo. No creo que nuestros amigos lleguen el día de mañana, ¿verdad?
- ¿Por qué no te cambias de nombre y ya, Heskins?

Heskins no contestó la burla pero alcanzó a emitir lo que se podría considerar como un intento de risa; no muy claro ni convencido, pero en ese momento la puerta se abría e ingresaban a una cámara iluminada.
Chamberlain fue depositado sobre un sillón en el centro de dicha cámara, e instántes después, los dos sujetos abandonaron el recinto por la única puerta que había; dejándolo a él con Heskins y con...Alguien más. Una figura se encontraba al extremo de la habitación; rodeada de sombras y de otros artilugios que no alcanzaba a distinguir.
Podía sentir, sin embargo, que esa otra persona lo miraba con insistencia; que estaba siendo examinado quizá aún más allá de lo meramente superficial...¿Qué tanto podían urgar y extraer de la mente entrenada de Chamberlain? No lo sabía, pero aquello resultaba de cualquier forma inquietante. A los pocos instantes, aquella figura habló finalmente.

- Interesante. Muy interesante. Sabes cómo proteger tu mente de "miradas extrañas". Sin embargo, esto fue solamente una incursión de reconocimiento. Sabes que no podrás privarme de nada de lo que quiera saber. ¿Qué secretos valiosos oculta tu mente como para que ellos me hayan llamado a mi, Señor Chamberlain?
- Me temo que no nos han presentado, Señora lectora de mentes. ¿No considera que lo apropiado sería que me dijera su nombre y que se acercara para poder tener una conversación un poco más...educada?

Lo que Chamberlain escuchó ahora, resonó dentro de las paredes de su mente. Lo sabía...Fue como un susurro; como si la otra persona se encontrara a tan solo unos centímetros de su oído izquierdo, cuando esto no era cierto pues él estaba seguro de que aquella mujer no se había movido ni un ápice.

- Llevame contigo, Chamberlain!...Sé que posees el "don" de la teletransportación. Me pregunto de hecho por qué no has escapado ya?...¿Qué es lo que te retiene en este sitio y con estos hombres?
- Vaya, vaya...¿Qué te hace pensar que poseo tal don?...¿Y por qué no me dices quién eres y qué relación tienes con el taimado Heskins?
- Vamos, no me tomes por una principiante. Yo también tengo lo mío. No soy humana...Pero digamos que las circunstancias me tienen en tu planeta...Varada...A expensas de que los míos tengan o no tiempo para venir por mi...Y mi relación con esta escoria humana, pues...Se limita a obtener beneficios y protección, siempre que sea conveniente para mi.
- Heskins cree que poseo una especie de plan de escape de aquí...Tú lo crees también?
- Sé que no me permitirás explorar tu mente y buscarlo; antes te desvanecerás en el aire y nos dejarás a todos aquí. Prefiero irme contigo y ofrecerte todo el apoyo que pueda...Si eso me saca de aquí.
- Suponiendo que posea tal don...¿Por qué habría de considerar llevarte conmigo? ¿De qué me podrías servir a mi?

Heskins, quien se impacientó por esos breves minutos de silencio, preguntó...

- ¿Y bien?...¿Qué has conseguido averiguar?, ¿has encontrado algo ya que nos sea de utilidad?
- Se me está resistiendo bastante, Heskins...No me interrumpas y guarda silencio!

La mujer dejó entonces las sombras y se aceró poco a poco hasta donde se encontraba Chamberlain. Vestía un atuendo elegante pero sobrio; y tenía toda la apariencia de una humana...Salvo un detalle que él observó una vez que estuvo a pocos pasos: sus ojos...Brillaban y destellaban con luz propia; ésta no era el reflejo de la iluminación presente, y aparentemente carecía de pestañas o éstas eran tan pequeñas que pasaban desapercibidas. Su mirada era realmente perturbadora.

- Señor Chamberlain, lo que yo puedo hacer por usted es brindarle un salvoconducto con mi gente (una vez que los contactemos, claro está). Podría vivir entre nosotros sin problemas, ya que la Tierra parece estar perdida.
- ¿Y qué o quién me asegura que su gente vendrá? ¿De dónde viene?...¿Cómo puedo fiarme de que todo lo que me ha dicho es cierto?
- Yo deseo salvarme tanto como usted, y pretendo hacer todo lo necesario - cualquier cosa que esté a mi alcance para lograrlo. Puedo presentarle pruebas o discutir lo que usted quiera...Pero no aquí. Heskins no tardará en sospechar de mi, si no le doy algo...¿Qué hará entonces, Chamberlain?
- ¿Cómo puedo saber que realmente no está trabajando para Heskins y que le dará a él lo que quiere una vez que yo suelte la sopa?

La extraña mujer miró entonces a Heskins y sin mediar palabra alguna, tomó control de la mente del viejo rival de Chamberlain. La mirada de Heskins parecía perdida y su cuerpo entero parecía colgar de un gancho imaginario a sus espaldas. No se podía ver cómo se sostenía a si mismo, dada la extraña postura que había adoptado.
Lo que ocurrió a continuación fue tan rápido que Chamberlain apenas tuvo oportunidad de digerirlo: Heskins se llevó la mano derecha al interior de su chaqueta y sacó de ella un revólver automático. Llevó el cañón a la parte derecha de su cabeza y el arma detonó al instante. El gancho que sostenía el pesado cuerpo de Heskins había sido removido y su evaporada humanidad fue a dar al suelo, dónde ya lo esperaba un reguero de sangre...

Los hombres de Heskins entraron a la habitación, luego de haber escuchado la detonación del arma...Pero dentro sólo encontraron el cadáver de su empleador...Y a nadie más. El sillón donde habían depositado a Chamberlain estaba vacío, y no había rastro de la extraña mujer que había llegado antes...
Uno de ellos tomó a Heskins y lo levantó sin mayores dificultades; el otro tomó su radio de onda corta y llamó a su receptor:

- "Todo marcha conforme al plan. Sigan el rastro del transmisor de Chamberlain. Cambio..."

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