lunes, 25 de junio de 2012

Sueño de Piedra y Arena

¿Cuando fue que lo perdimos?, ¿y cuando fue que lo encontraron en aquella pequeña roca en el oceano, solo y demacrado; planchado y encajado sobre la piedra mojada; alzando las manos al cielo como una figura petrificada de sal y arena?

Recuerdo cómo solía ser, y de aquellas aspiraciones arrojadas al mar y que ahora duermen con su cobija de sal y estrellas porosas; junto a los caballitos de ojos saltones y a las falsas sirenas con respirador artificial pero de ideas extravagantes.

¿Pero qué más se ha erosionado por virtud del implacable viento?, ¿qué más le hemos visto perder además del habla trastabillante pero afilada, que le caracterizaba en los últimos días y noches?
¿Qué se han llevado las olas espumosas y qué ha permanecido y se niega a desaparecer?

El turquesa sigue siendo azul, y los finos corales siguen aferrados a la gruesa roca, debajo del mismo azul...Pero algo, algo que no logro identificar aún; ha cambiado muy profundamente a esta pálida estatua en la playa...
Los cálidos rayos del sol bañan diariamente sus mejillas y secan sus dedos engarrotados; las gaviotas hacen nido en su cabeza y alimentan a sus crías sin el menor atisbo de incomodidad. Sólo las tormentas las alejan y los fuertes destellos de luz de los relámpagos nocturnos las intimidad.

Varado aquí, justo como él...Y alzando la vista a las alturas desconocidas, como lo hace él también...Creo comprender que a diferencia del sueño convertido en piedra y arena...Me muevo inquieto e infeliz, incapaz aún de encontrar mi sitio.

Soy un espejo de él...Del otro que duerme feliz; cuya conciencia no escapa ya del lugar que lo aceptó, y de los cangrejos que le vienen a visitar cada mañana de forma puntual, para limpiarlo de las algas marinas y de las cosas que día con día pugnan por arrastrarlo y hundirlo en las profundidades del oceano desconocido y del anónimato color azul mar.

lunes, 11 de junio de 2012

El Sueño del Agente


El otro día soñaba el Agente Vial, que recorría a toda velocidad Lázaro Cárdenas, pero que curiosamente una micro fotito de marco plateado le había llamado la atención. Se encontraba ubicada en el costado de uno de los amarillos y oxidados Arcos del Milenio...
Aparcó su motocicleta de manubrios cromados y calaveritas colgantes; se apartó los lentes oscuros estilo Elton John para poder apreciar con mayor claridad la imagen que lo había "capturado"...Y atravesó los carriles de la Calzada sin apenas reparar en los asustados automovilistas que por ahí circulaban.