jueves, 28 de febrero de 2013

Tan sólo niños


Ellos tan sólo son niños...
Caritas redondas y pelos mal peinados que te miran desde abajo y tratan de entender cómo funciona todo;
manitas suplicantes y amenazantes a veces...Pero, en su propio y divertido estilo.

Que sus tiernos ojos no te vean desfallecer jamás,
que no les falte una caricia y un beso protector por las noches,
pues su mundo perfecto debe mantenerse el máximo tiempo posible, nosotros lo sabemos...

Que no crecieran tan rápido es lo que muchas veces desearíamos...Y escuchar cómo juega el valiente caballero sobre su blanco corcel,
derrotar a los dragones de dos cabezas o salvar al mundo por vigésima vez contra una desconocida raza alienígena...
Sentarte al lado de tu princesa y cocinar esas galletitas duras de sabor artificial que tanto nos gustan.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Víctima de las Circunstancias


Fede apuró su Café y empacó el sandwich que su esposa le había preparado. Estaba retrasado, lo sabía...Pero también pensaba que el Licenciado Oropeza no sería tan puntual como le había prometido. No era que estuviera confiado, sino más bien estúpidamente esperanzado en factores o circunstancias que no dependían de él en absoluto; después de todo, el mundo de las benditas excusas era tan vasto y extenso.

5 minutos después, se encontraba inmerso en las congestionadas y reducidas vialidades de la ciudad, y mientras se escurría por aquellas calles estrechas, escuchaba extasiado el último disco de banda que había comprado y de vez en cuando, "tuiteaba" cualquier tontería que le venía a la mente.
No sabía por qué pero uno de los hashtags más populares de la mañana trataba de incomodar al partido al cual pertenecía. Y no es que le hirviera la sangre siempre que se metían con su partido o con su gente...Era algo más bien bochornoso, que prefería olvidar la mayoría de las veces.
Quitado de la pena, cantó en voz alta la última estrofa de la canción, imaginando para sus adentros esos sentimientos tan fuertes y "llegadores" a los cuales se hacía referencia en la música. No obstante, los pitidos de las decenas de carros que tenía atrás de él, lo devolvieron a la realidad para que pudiera avanzar los dos metros que ya tenía libres adelante.

lunes, 11 de febrero de 2013

Reflejos que transforman


Era en la tercer colina, pasando el Valle de los Largos Suspiros y antes de llegar a la Cascada de Aguamiel. Allí era donde vivía Hugo Cienflores, que también tenía cien flores parlantes y cien perros falderos...Sólo que estos no hablaban en absoluto y tampoco se apellidaba Cienperros, no...Sólo Cienflores.
Pero Hugo tenía una característica mucho más especial que su mero nombre. Era flaco, flaco; extremadamente flaco...Y se decía que tenía el mismo peso que unas simples hojas de papel, aunque claro, nunca nadie se había puesto a comprobarlo pues era más bien raro verlo en el pueblo...O en alguna parte. Quizá, producto de su delgadez extrema es que fuera tan poco visible para los demás.

Hugo no tenía caballo, ni carro de mulas que lo llevara (a donde fuera que éste iba). Cuando tenía la necesidad de ir a algún sitio, simplemente se dejaba llevar por las ventiscas y las rafagas de aire; era una cosa que no te explicabas del todo pero que como todo mundo en ese apartado pueblo, terminabas por aceptarlo y hacerte a la idea de que en un momento dado, podías ver al buen Hugo volando de aquí a allá...Siendo arrastrado por el caprichoso viento y sin ningún destino en concreto. Claro, eso si de entrada lo podías ver.