viernes, 27 de septiembre de 2013

Bajo las Estrellas

Sentado el otro día, en medio del campo e iluminado solamente por la tenue luz de las estrellas, con la pálida y fría cara de la Luna como un reflector sobre mi consciencia...Fui reconociendo, lentamente...Todo aquello que me faltaba y por lo cual no era realmente feliz.
Las hierbas y las hojas de los árboles se movían con el viento ocasional, mientras mi espíritu intranquilo divagaba aquí y allá con las ranas, con los grillos y sus débiles cantos nocturnos; tratando de expandirse y liberarse de aquellos imperceptibles barrotes que lo aprisionaban...Pero fue cuando miraba a las lejanas estrellas cuando una idea comenzó a cobrar forma y cuerpo...Como un fantasma apenas perceptible que se desliza por los corredores de la imaginación.

Aquellas estrellas, apartadas a miles o a cientos de miles de años luz de mi...Se antojaban tan inalcanzables e imposibles; tan distantes que las simples y conocidas palabras que usaba para medir y describir distancias...Sencillamente no me servían...Y sin embargo, su titilante luz llegaba a mi, como ondas en el mar, que exhaustas por su gran recorrido llegan a la playa tan solo para tocarla y desvanecerse como palabras evaporadas en el viento.
Esa idea...De alcanzarlas y tomarlas para mi; acercarlas a mi pecho y sentir su calor indómito reventando en mis propios átomos; de llenarme con su energía inagotable y de devorar sus núcleos ardientes hasta agotar la última llama...la última flama...
¿Sería yo capaz de tocarlas?...¿Sería yo capaz de manejar tanto calor, tanto fuego?...
¿Sería yo capaz de alcanzarlas?...

La Gran Pregunta

Fue la dulzura de sus labios?...O la suavidad de sus manos mientras sostenía las mías?
Fue el quieto ulular de las olas mientras su fragancia me envolvía en una capa de terciopelo invisible?
O fue tan solo una sensación pasajera como las aves que en ese momento me sobre volaban?...
Todas esas preguntas en mi cabeza, embriagándome como el rico néctar de tu voz cerca de mi oído...
Y yo sin poder verte por ninguna parte...Y yo sin comprender lo que me sucedió.

Fueron los cálidos rayos del sol en una mañana nublada?
Fue la canción de dos almas que apenas se conocen y que sin embargo vibran como una sola al escucharla?
O fueron aquellas palabras que nadie pronunció en secreto, en ninguna ocasión?
Oh dulce porvenir, ¿por qué me torturas de este modo?...¿Qué diversión encuentras en ello?
Oh dulce musa que me inspira...Soy un adicto de ti; soy un esclavo de la poesía que emana de tu existencia...

Tan solo soy un alumno que ha reconocido a su maestra...Tan solo un espectador en este amplio campo de los sueños;
Tan solo un granito de polen que se ha caído de la flor y que es arrastrado por la suave brisa;
Un viajero en busca del sentimiento primordial; maravillado de todo cuanto ve y escucha...Y siente...
Y yo sin poder verte por ninguna parte...Y yo expectante de lo que el mañana me traerá...

¿Serán aquellas palabras que tanto ansío escuchar?

¿Será el mismo y conocido vacío que me es tan familiar?

¿Será el final de mi viaje?...Creo que sólo tú me lo podrás revelar. Sólo tú.

martes, 10 de septiembre de 2013

Asesino en las Sombras

El equipo Ambar cruzó rápidamente el portal. Genie sacó su escáner y sin perder tiempo alguno lo puso en marcha. El aparato arrojaba más y más lecturas a medida que el resto del equipo se le unía. El lugar se encontraba sumergido en una oscuridad ominosa cuando las linternas de algunos de los miembros del equipo comenzaron a disiparla por rafagas luminosas. Pronto comenzaron a aparecer rincones sucios; telarañas de formas caprichosas; esculturas rotas y objetos extraños dispersos por todas partes. La bóveda era alta y de ella colgaba una araña vieja y oxidada, que parecía que no se les caería encima en los próximos minutos.
Al final de la estancia había 3 puertas; cerradas todas ellas...El equipo se distribuyó rápida y eficientemente a lo largo y ancho de aquel lugar. El portal fue clausurado y un grupo comenzó a acumular muebles y objetos pesados ante dicho portal. Cualquier cosa servía...O eso esperaban ellos.

- El lugar está limpio! - Anunció Genie - Rod, ¿cuántos perdimos esta vez?...Tara, organiza un grupo de reconocimiento!...Vamos a tener que movernos de aquí muy pronto!
- Genie, todos estamos cansados de correr...
- ¿Rod?!
- Conté 12, Gen. Perdimos a 2. Silvia y Arnold cayeron al vacío antes de que cualquiera pudiera hacer algo por ellos.
- Ok. Tomemos 10 minutos. Clara...Sé que todos estamos cansados de correr. Pero tú has visto lo que esta incursión nos ha costado. Hemos perdido ya un tercio del equipo. Me temo que si no nos movemos constantemente...Corremos el riesgo de que nos encuentren fácilmente.
- Yo te entiendo, pero...¿Qué nos delata, Jefe? - Preguntó Clara, la pelirroja que hacía más preguntas que todos los demás juntos.
- No lo sé, de verdad. ¿Alguna teoría, Greg?