lunes, 23 de diciembre de 2013

Consumido en la oscuridad

"No vuelvas a buscarme, por favor..." fue la última parte de aquel mensaje lacónico y entonces, la nada. El fin de la grabación digital; el fin de todas las cosas si le preguntaran a él.
Harían falta palabras; muchas palabras...Pero no las tenía; carecía de ellas y de muchas cosas. Aquel hueco que anidaba en el fondo de su corazón constituía más un abismo que lo devoraba de adentro hacia afuera y que engullía todo sentimiento y toda idea que comenzaba a danzar sobre su resquebrajada conciencia, y fue por ello que poco a poco, fue convirtiéndose en un ser sin palabras; sin ideas ni aspiraciones; mudo ante la vida y vacío de cualquier tipo de emoción.
A partir de ese momento, como si se tratase de una especie de sol negro, fue llevando la oscuridad y la desdicha allá donde iba; allá donde vagaba sin ningún rumbo en específico. Tropezaba y daba tumbos pero continuaba, gobernado por ese mismo hueco hambriento que ahora se alimentaba de las palabras y de las risas de los demás. Desolación, desesperación y confusión eran las huellas que a su paso dejaba; un muerto en vida que robaba la energía y la pasión de todo aquel que se llegaba a cruzar en su camino.