lunes, 11 de junio de 2012

El Sueño del Agente


El otro día soñaba el Agente Vial, que recorría a toda velocidad Lázaro Cárdenas, pero que curiosamente una micro fotito de marco plateado le había llamado la atención. Se encontraba ubicada en el costado de uno de los amarillos y oxidados Arcos del Milenio...
Aparcó su motocicleta de manubrios cromados y calaveritas colgantes; se apartó los lentes oscuros estilo Elton John para poder apreciar con mayor claridad la imagen que lo había "capturado"...Y atravesó los carriles de la Calzada sin apenas reparar en los asustados automovilistas que por ahí circulaban.


Uno de ellos estuvo a una nada de arrollarlo y con trabajos logró esquivarlo; el enfurecido chofer se disponía a increpar al descuidado agente cuando su radio comenzó a emitir una melodía pegajosa de la bajita Selena Gómez. Estaba más que entusiasmado porque venía pidiéndola todo el día; de manera que se detuvo ahí mismo para poder escuchar a la pequeña diva y a sus notas armoniosas cargadas de una dulce lujuria infantil veraniega; sólo que al frenar en seco, como lo hizo, provocó una serie de choques en cadena que enseguida levantaron lámina, piezas, llantas y personas por los aires.

Un sujeto volaba por los aires sentado en una llanta enorme, cuando a su lado pasó un ciclista que pedaleaba totalmente de cabeza, describiendo una parábola amplísima e imposible...Furioso, este sujeto telefoneó de inmediato al conmocionado Agente que ajeno caminaba por la Calzada...Pocos repararon en el hecho de que éste caminaba totalmente descalzo sobre el concreto caliente, sin ser consciente de que su teléfono móvil no dejaba de sonar, vibrar y hasta hablar, en un lenguaje que nadie entendía.

Del cielo llovieron tres perros dispares; dos novios abrazados con una roja nariz de payaso en sus rostros y que esbozaban una despreocupada sonrisa; cinco pelotas de colores pasteles; una veintena de cajas pintadas como dados de la suerte y una pistola de agua en solitario, que mojaba todo a su alrededor...

Pero detrás, los automóviles seguían impactándose unos contra otros; violentamente unas veces...Aparatosamente en otras...Y los objetos seguían surcando las alturas; y las cámaras continuaban sacando sus fotos sin filtro alguno; y los ancianos se retorcían sus finamente peinados y castaños bigotes, mientras sus relojes marcaban horas distintas entre sí; al tiempo que las nubes circulaban caprichosamente en reversa, por encima de las cabezas calvas y de los sombreros puntiagudos de la sorprendida multitud.

Los ojos de él se posaron en la imagen...
No...No estaba del todo definida.
Un velo de oscuridad empañó sus ojos temporalmente, mientras su olfato registraba miles de olores y esencias alrededor...
Aceite quemado...Flores silvestres o pasto recién cortado...
Poco a poco fue recuperando la visión y la luz volvía a iluminar todo; los colores cobraban fuerza; se aclaraban y se definían cada vez más...
Era como si alguien hubiera agitado intencionalmente las aguas y las ondas le impedían al principio saber qué era lo que tenía frente a él...
El mosaico cobró vida y el arriba estuvo arriba, y el abajo más abajo;
el rojo perfectamente bien definido...Y las formas estilizadas.

Se despertó al ver los cuernos que descaradamente apuntaban hacia él.

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