miércoles, 15 de mayo de 2013

Auto-Destrucción


El autómata lo ayudó a pulsar los botones que activaban la última secuencia, y así, todo fue consumado en tan sólo un par de minutos.
El frío sideral que imperaba fuera del cristal transparente era repelido todavía por finísimas venas de aire cálido inyectado. Los instrumentos señalaban un remanente de energía del 20%. Suficiente...Pensaba él.

La cápsula alargada de color platino se deslizaba hacia el exterior del complejo. Auto-sustentada por su propia energía y con un rumbo ya previamente calculado.
Duró apenas unos cuantos segundos suspendida en el espacio; ya estaba fuera de su alcance. Jamás la volvería a ver. Tantos recuerdos y tantas memorias dejadas bajo el cobijo de circuitos indiferentes; simulaciones de una conciencia que no era la de él...Palabras grabadas en tiempos lejanos; emociones congeladas que ahora lastimaban igual que en el pasado, si no es que más.

Cerró los ojos y suspiró. Al momento en que los volvió a abrir, la cápsula ya no estaba ahí afuera. Había iniciado su prolongado viaje; sin posibilidad de retorno. Así había tenido que ser...Y sin embargo, por más convencido que estaba, no podía dejar de sentir cómo una parte de él se había desprendido y marchado en el interior de la cápsula. Parte de su conciencia, de su alma...¿Y qué había dejado?, ¿con qué se había quedado?...¿Valdría la pena preguntárselo y hacer el inventario?

Las sirenas y alarmas habían sido silenciadas. Giró su silla unos cuantos grados para ver el progreso de la cuenta regresiva en uno de los monitores de la cabina de mando. Un minuto y contando...55 segundos...50 segundos.

Tan cerca del fin...Y no podía quitar de su cabeza sus últimas palabras..."No quiero dormir!, no voy a dejarte, me escuchas?!..."

El autómata se había acercado sigilosamente por detrás y había cooperado con el plan; inyectándole un fuerte somnífero en la nuca. Él corrió a sujetarla e impedir que se lastimara con la caída. Ya sin fuerzas y desvanecida por completo, no fue difícil llevarla hasta la sala de enfermería y prepararla para el viaje.

30 segundos..."No quiero dormir!..."

Sus delgados dedos giraron rápidamente sobre el control digital en forma de círculo, adelantando el video hasta casi cerca del final; lo último que había grabado de ella. Sus ojos color café inundaron la pantalla y al instante apareció la sonrisa que a él lo volvía loco. Recordó que en ese momento ella estaba garabateando algo sobre la blanca hoja sintética. No fue sino mucho tiempo después que le permitió ver lo que había dibujado. Lágrimas sabor a sal recorrieron sus mejillas mientras escuchaba esas últimas palabras..."De seguro te crees muy importante, no?...Crees que eres la gran cosa, no?...Ja ja ja. ¿Sabes cuánto te quiero?"

10 segundos..."No quiero dormir!..."

Él no podía ir. ¿Pero cómo se lo iba a poder explicar?...Que tenía que quedarse hasta el final. Jamás lo iba a aceptar...o a entender.

4 segundos...

Llevó el dibujo a sus labios y lo besó. Cerró los ojos mientras seguía escuchando aquellas palabras y aquellas risas descaradas..."¿Sabes cuánto te quiero?" Sí, le llevó tiempo responder a esa pregunta. Seguramente más del que hubiera querido, pero el tiempo era ahora infinito; la única cosa de la que no carecía. Luego de la cuenta regresiva se pondría en marcha otra. Lo sabía. El tiempo a lo largo del tiempo y dentro del mismo tiempo; un continuar de esperanzas y de sueños; un río caudaloso sin principio ni final; una palabra sin definición, compleja y a la vez sencilla, que intuyó al sumergirse en lo profundo de esos grandes ojos color café que todo lo dominaban ahora.

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