sábado, 22 de diciembre de 2012

El Fuego del Último Minuto


Las bombas no dejan de caer sobre nosotros; o alrededor de nosotros mejor dicho. Esa serie de señuelos que hemos puesto nos han salvado el pellejo, literalmente; aunque no por ello no hemos sufrido bajas de vez en cuando…Pero los señuelos han conseguido captar la atención de las bombas y las han apartado del verdadero blanco: nosotros, la quinta brigada de infantería.
El asedio dura alrededor de 2 horas y una vez que las bombas dejan de estallar y las construcciones cesan de venirse abajo…Nos quedamos quietos…Silenciosos y expectantes. Nos miramos los rostros chamuscados y comenzamos a preguntarnos si todo ha acabado. Las ráfagas de metralletas y rifles de alto poder nos confirman lo contrario, pero eso nos despierta y nos pone de nuevo en acción.


- Peters!, confirma por radio cómo se encuentran nuestras posiciones. Investiga qué ha pasado con Willbur, que hace más de 6 horas que se ha ido.
Sin embargo, Peters no tiene que llamar a nadie porque en ese momento, un maltrecho Willbur entra a trompicones a nuestra trinchera.
- Willbur, por el amor de Dios!, qué te ha retrasado tanto?...Pudiste…?
- Estamos solos, Brian. No pude pasar del segundo perímetro, pero O’connor me ha confirmado que hemos perdido al Mayor Towers. El General Thomas fue encontrado muerto en la casa que dejamos ayer…Y…No recibimos nada del canal 22. Ya son más de 48 horas. Nunca nos dejan solos tanto tiempo…
- No querrás sugerir que…
- Sólo te digo que estamos realmente solos…El Mayor fuera, el General…El sub teniente. No queda nadie. Ahora tú eres el oficial de mayor rango entre nosotros. Estas…al mando.
- Estás loco, no puede ser!...Vamos con Richards…Tenemos que seguir intentando comunicarnos con…
- Brian…Es inútil. Sólo quedamos nosotros, porque básicamente hemos estado escondidos y no hemos asomado las narices allá afuera…Excepto yo, tal vez…
- Por las barbas de Lincoln!, soy un Cabo, Willbur!...Mi misión era esperar por el Mayor Towers y junto con su división marchar hacia el oeste para recuperar el poblado de…
- Cállense los dos!...Escuchen!...Los disparos…Han cesado!
La llamada de atención de Peters surte el efecto deseado porque enseguida nuestro sentido de alerta se activa al máximo y comenzamos a prestar atención a los ruidos del exterior. Es una noche espantosa debo decir. El fuego crepitante nos hace ver sombras escalofriantes aquí y allá; y más arriba, el sofocante y pesado humo gris nos envuelve con una especie de abrazo caliente, mientras debajo reina un ominoso y sepulcral silencio.
Nadie ni nada se mueve…Nuestra agitada respiración resulta incluso hasta delatora de nuestra posición, pero estamos ahí, paralizados. Y yo, no sé qué hacer…
- Peters…¿Cuántos de nosotros quedamos? – Es lo primero que se me viene a la mente. Intentar hacer un inventario de los aún vivos.
- No sé con exactitud…12, tal vez 15.
En ese momento, una voz clara irrumpe en mi cabeza…Como si…Como si alguien más estuviera ahí, con nosotros…Pero sólo estamos Willbur, Peters y…Yo.
- “Quedan solamente 3, Brian. Sólo ustedes 3. Yo, a diferencia de ustedes, sí sé contar…Y créeme que ya los conté muy bien”.
- Brian!...E-escuchaste eso?!! – Dice un asustado Peters. Ellos también lo escucharon.
- Quién…Quién eres tú?...C-cómo es que puedo…Que podemos oírte?!
- “Tengo muchos nombres. Elige uno y ya está. Pero ésta es mi noche. Me pertenece, así como el destino de todos ustedes; del mundo en general, se puede decir…Todo esto ha sido muy divertido, saben?...Pero debo de pasar a lo que sigue, así que…Por qué no me ahorran unos cuantos minutos y salen de esa lastimosa trinchera en la que están…Eh?”
- Crees que no estamos preparados?...Todo esto es un cuento! Ven por nosotros! – Y me arrepiento de decir eso a los 3 segundos, porque las sombras se levantan y nos engullen. Tres disparos. Uno para cada uno. Nada más…Y ahí donde esperaría no sentir ni saber nada más, cobro conciencia del calor; de las llamas que se alzan y nos devoran por completo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario